(2013)
Si el beso fuese un flagelo
El mundo perdería su gloria
Una
mujer, tu compañera de los días y de las estaciones, es aquella que te banca todas.
Una
mujer es el calor de las noches más frías, la fuente de tus lágrimas perdidas.
Una
mujer es una patria salvaje, un desierto bajo la tormenta más hermosa.
Una
mujer es un fuego pasional, un laberinto de sensaciones de lo más disparatadas
y diversas.
Una
mujer, una compañera y una amiga te pone los puntos y sin embargo te apoya cuando siente, cuando
presiente que en tu interior comienzan a vibrar otro tipo de cuerdas, más
dulces, más trepidantes, más decadentes.
Una
mujer, una compañera, una amiga cambia sus horarios por vos. Te dice te quiero
en la oscuridad y se duerme al instante;
Una
mujer, una compañera, una amiga, te mira primero a los ojos; te hace
emocionar con sus emociones.
Una
mujer, una compañera y una amiga es
siempre un faro en la tormenta. Es una ancla, sus misterios.
Una
mujer así te acaricia, juega con vos cuando estás triste.
Una
mujer así se acerca con los pasos medidos, besa tu boca y la endulza.
Una
mujer, una compañera y una amiga es aquélla que sabe que ella es también un territorio.
Una
mujer, una compañera y una amiga es aquélla que te deja la comida hecha para
tus días interminables;
aquélla
que te prepara para hablar dejándote una nota en la mesa de la cocina;
aquélla
que te golpea suavemente el brazo cuando te estás pasando de rosca;
aquélla
que se ocupa de tus desvaríos y vaguedades;
aquélla
capaz de prepararte el plato que más te gusta simplemente para celebrar el
haberse conocido;
aquélla
que se acurruca en tu regazo y ronronea como un gatito triste para pedirte
perdón;
aquélla
que se preocupa si volvés sólo y oxidado;
aquélla
que te defiende sin aspavientos;
aquélla
que te dice buenas noches incluso cuando está enojada.
PD: Es
lindo verte crecer, como un arbolito perfumado. Renacer a cada instante, medir
tus sensaciones.
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