(2012)
Las siguientes palabras están
dedicas a Paloma, profesora de Yoga de Madrid.
Llegué yo a Madrid a finales de
2009 con la esperanza intacta de una nueva vida en Europa y las ganas de probar
nuevas cosas. Había conocido el yoga años atrás, pero nunca había hecho Bikram
Yoga. La sede de Barquillo, en Madrid, fue el sitio de mi bautismo. Y entre los
profesores del estudio, estaba Paloma.
Ella fue, junto con otras tres
chicas, mi profesora de yoga los meses que practiqué Bikram. En nuestros pocos
encuentros fuera de la clase, no cruzamos más que breves palabras, alguna
anécdota, alguna risa relajada. Nada más.
Antes de ayer, mi compañera en
esta vida me contó la noticia.
—Paloma murió hace diez días.
Fue una noticia inesperada, incomprensible, al
menos para mí. Cómo era posible que una mujer de su edad, cómo era posible que
ella, cómo era posible, cómo. Pero sucedió, y esa amarga certeza de saber que
no hay nada que uno pueda hacer para evitar ciertas cosas en la vida me llenó
de impotencia.
Hoy abrí mi mail y encontré la noticia de parte
de Lucía, la directora del estudio, que habría una clase y un homenaje en
nombre de Paloma. Fue entonces que las siguientes palabras comenzaron a brotar,
solas, libres, silenciosas. Esta poesía esta dedicada en memoria de Paloma.
Homenaje a Paloma
Paloma se fue
Un día de otoño y de frío.
Y sin embargo dejó en este mundo
El color de su presencia,
La extraña música de su ausencia.
En su vuelo cotidiano
Inhaló el aire de los mortales,
Elevó sus brazos al cielo
profundo,
Juntó las manos en el pecho
abierto,
Y cantó su oda de despedida,
Con los pies enraizados como un
árbol
Y la mirada vuelta en su propia
mirada
Enhebrando un horizonte
desconocido.
Paloma se fue,
Como un ave migratoria que busca
su rumbo,
Para enseñarnos que no se ha ido,
Que quien parte también se queda,
Que quien queda también se parte.
Altiva,
orgullosa y humilde
Como las secuoyas de California,
Paloma atravesó el viento feroz
de la vida
Para quizás migrar y curar sus
heridas,
Y dejar tras de sí, en este mundo,
El calor de su existencia.
Comments
Post a Comment