(2012)
Todo nos demuestra que debajo de los párpados los ojos se consumen en
sueños irrefrenables, que consiguen mantener su rumbo sin necesidad de control.
La ceguera no nos permite ver, o eso dicen. Porque con solo mantener los ojos
cerrados todo cierra, todo cobra otro matiz.
A la memoria de Luis Alberto Spinetta
y dedicado a mi amigo desde siempre Matías De Brasi
y dedicado a mi amigo desde siempre Matías De Brasi
En sueños voló alto sobre bosques
de terciopelo y de almendra.
El aroma de la albahaca, el sabor
del cilantro y del ámbar
En las palabras desnudas,
deshilachadas
Palabras que el viento arrastró.
El idioma es un ave de mil
colores,
Que sobrevuela parajes desiertos,
Bocas como cajones lleno de cosas
viejas
Los pies hundiéndose en el barro.
Y en el barro,
Invisible barro nunca tierra seca,
Nunca desesperanza de un mañana
mejor,
Inventó canciones ingobernables.
En sueños voló alto un cóndor
Aterciopelado y esquelético.
Eligió una planta entre todas las
plantas: la canción,
Y fue desmenuzando sus hojitas
pecaminosas
Bajo los robles del mañana.
Juntó un cubo con vidrios rotos
Echó luces y acordes eléctricos.
Nadie lo entendió
En su idilio de ave migratoria.
Sin embargo siguió el camino del
justo.
No perdió la inocencia de las
palabras.
No fusiló inocentes en pesadillas
de Gisbert,
Ni atormentó las voces que
descansan
En el umbral de la inocencia.
No olvidó que hay madres que
lloran eternamente
Con sus pañuelos cubiertos de
pólvora y olvido.
Abrió de par en par las puertas y
las ventanas
De su casa hecha de barro y de
música,
De su vida, las hojas de su
esperanto.
Libró a los perros y a los
elefantes
De las jaulas del bajo Belgrano.
Y corrigió a las mentes desoladas
Que construyen sus nidos
En los mastines de barcos
marginados.
Emocionada. Vibrando ante tan hermosas palabras. Se lo extraña, al amigo Luis.
ReplyDeleteGracias. Don Luis, presente.
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