(2017) Desperté antes del alba. Mis pasos interrumpían el soliloquio del silencio. El cerro O’Cebreiro parecía vivir a través de mi andar. Si me detenía a observar el paisaje, el cerro latía bajo mis pies. El camino proseguía: los árboles, los arbustos, la tierra del camino mismo. Todo subiendo a mi cuerpo: a mis pies, a mis caderas, a mis manos. La tierra seca que sube hacia el aire y me cubre el cuerpo cuando camino. El contacto de la tierra con mis labios, el sabor de la tierra en mi lengua. Y el camino.
Fragmentos de una vida pasajera y sus múltiples identidades